Maristella Svampa y Enrique Viale (2020). El colapso ecológico ya llegó. Una brújula para salir del (mal) desarrollo. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, Argentina, 296 p., ISBN:978-987-801-027-4
Damian Lampert Leandro CrivaroEn esta obra cobran importancia las referencias a los estudios científicos, casos judiciales, informes de organizaciones y las políticas de gobierno que llevan a cabo distintos países. Se describe el despliegue gubernamental en materia de regulación sobre la explotación de recursos naturales en Argentina y en el continente americano, la celebración de tratados internacionales entre países de todo el mundo, así como las conductas posteriores de los distintos estados en relación a su posibilidad y grado de cumplimiento. Esto da cuenta de las distorsiones entre los intereses plasmados en la normativa y los de las corporaciones que realizan inversiones para generar excedentes de valor, sin detenerse en las consecuencias sobre la naturaleza.
Sin embargo, pese a la suma crítica del panorama existente, proponen revisar el estado de la civilización en este momento hacia un proceso de transformación socioecológico, destinado a una organización social donde los propósitos de justicia ambiental y justicia social se puedan encontrar articulados.
Los autores inician la obra con la referencia al carácter extraordinario que tuvo la reciente pandemia suscitada desde 2020, en cuanto a la inmediatez con la que aconteció el freno total de la economía, las improvisaciones estatales de decretar estados provisorios de excepción y la revelación de limitaciones en el esquema desarrollado con el fenómeno de la globalización. Los especialistas destacan la centralidad del Estado en las decisiones políticas luego de décadas de neoliberalismo, aunque con cierta particularidad: al remarcar como aparato de excepción y ente fortalecedor de la organización sanitaria, prestadora de subsidios a escalas millonarias.
En este marco surge la cuestión de la ausencia de precedentes históricos sobre el nivel de emergencia climática actual. Esta apreciación sigue la línea apuntada por Nancy Fraser, concerniente al estudio de la asignatura de este curso, acerca de la crisis capitalista actual y las configuraciones políticas nuevas del conflicto social, particularmente las luchas de la naturaleza en el marco de desigualdades de clase, raza, étnica o de nacionalidad (2014, p. 58).
Los autores sostienen que en la discusión sobre la denominada “cuestión ambiental” las críticas a las prácticas desarrolladas en todo el mundo son aceptadas sin argumentos fuertes ni mediaciones, bajo la máxima de que no queda nada por hacer. La temática, para la presente obra, dejó de ser una cuestión de expertos científicos, para tener un lugar principal en la disputa global, con reclamos de organizaciones y movimientos socioambientales, principalmente con exclusividad. En ese contexto, mencionan la irrupción de un colectivo juvenil motivado por la necesidad de un reclamo climático y ambiental, desencadenado particularmente por la adolescente huelguista Greta Thunberg, de origen sueco, que hacia 2018 generó la adherencia de miles de jóvenes de diferentes naciones a la lucha por el medio ambiente. De esta manera, los investigadores remarcan la importancia de movimientos tales como Fridays for Future, Alianza por el clima y Rebelión o Extinción, que proveen de conocimiento acumulado. Sus acciones han hecho frente, por ejemplo, al fracking, la minería a cielo abierto, el neoextractivismo, el desmonte y el uso de agroquímicos, entre otros.
Svampa y Viale (2020) afirman que los colosales emprendimientos de megaminería son “capital-intensivos” y no “trabajo-intensivos”, debido a la escasez de empleos directos que generan. Señalan que se intenta incrementar el trabajo directo de modo exorbitante por la minería a gran escala, pero por cada millón de dólares invertido se generan apenas entre 0,5 y 2 empleos directos (Colectivo Voces de Alerta, 2011).
Por otra parte, describen que, en nuestro país, la zona de cultivo con soja transgénica se incrementó entre 2003 y 2015 en un 900% (Svampa y Viale, 2020). De esta forma, el agronegocio, al que califican como el “Chernobill en potencia” (Svampa y Viale, 2020), deja de lado la huella hídrica, la biodiversidad, el paisaje y la salud de los seres vivos, en su propósito de máxima productividad. Además, los autores mencionan que Argentina deforesta unas 300.000 hectáreas anuales, lo que posiciona al país entre los diez que más realiza esta actividad a nivel mundial (FAO, 2016). También, aluden a la contingencia de que la Ley Nacional de Protección del Bosque Nativo sigue sin financiarse, mientras avanza el desmonte por inclusión de producción ganadera o sojera. Marcan, así, la importancia sustancial de esta grave situación ambiental, por su extensión territorial, alto grado de contaminación del agua y degradación de suelos.
Para tratar la problemática de la alteración del medio ambiente en manos de la humanidad, introducen la noción de antropoceno. Dicho término fue propuesto por Paul Crutzen (2006) entre otros, en el año 2000 para sustituir al Holoceno. Explican que resultó ser una “categoría síntesis” entre los campos de estudio de la ecología, geología, historia, filosofía e incluso en el arte. Aducen que los cambios sustanciales de procedencia antropogénica ponen riesgo vital al medio ambiente en virtud de la dinámica capitalista y los modelos de desarrollo imperantes de notable evidencia. Además, es un concepto que suele ser reemplazado por el de capitoloceno, para destacar los conceptos de colonialismo, industrialización, globalización, racismo y patriarcado.
Asimismo, los autores relacionan la agroecología con la noción de soberanía alimentaria, consistente al derecho de una población a establecer sus propias estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos de un modo nutricionalmente apropiado y suficiente para cada persona (Svampa y Viale, 2020). Se trata de una bandera de movimientos rurales de todo el mundo e implica el acceso a la tierra, a la protección respecto de las importaciones y de un papel esencial en la producción agrícola. Retoman la idea del debate agrario internacional en una era donde los gobiernos consolidaron un paradigma agrario basado en productos transgénicos (La Vía Campesina, 2003). A su vez, proponen una posible vía del fomento de una cultura comunitaria de responsabilidad ciudadana en el consumo y sostienen la idea de que debe existir, en cada pueblo, un tambo, una granja de pollos y huevos, un lugar de faena artesanal y un cordón verde en la periferia para la provisión a toda la gente de alimentos frescos (Rodríguez Rey, 2020). En el marco de la situación económica mundial actual, se presenta a la agroecología como una alternativa a la situación de hambre en el mundo.
Los autores justifican adecuadamente su posición sobre el tratamiento de la problemática ambiental que no se trata de una ausencia de alternativas al esquema de las grandes corporaciones o sectores elitistas dominantes. Las propuestas se relacionan con una transformación socioecológica, desde la necesaria articulación entre diferentes escalas estaduales, como la municipal, nacional y mundial. Como fortaleza, aciertan en remarcar que aún hoy no se constituyen actores sociales decididos a lograr un consenso cultural, entre las ambivalencias de los sectores existentes, por un camino incierto que no es posible recorrer sin que participen las comunidades. Confían en la posibilidad de una variante diferente al consumismo, que surgirá de la utilización menor de recursos materiales y la habilitación de otras maneras de vincular el campo con la ciudad, de habitar el territorio, dirigida a la supervivencia del hábitat natural y la mantención de los ecosistemas.
La reflexión de Svampa y Viale acerca de que el ritmo acelerado y abrupto del cambio climático parecen emular la velocidad de los cambios políticos actuales es interesante, más en una confluencia de esta dinámica con manifestaciones de conciencia ambiental y multitudes liberadas en ese camino. En base a la dinámica actual de mercado y el desenfrenado modelo de consumo, ponen énfasis en la necesidad de transitar hacia otras formas de organización social, basadas en la redistribución, lo cual resulta atinado, en tanto realizan a lo largo de su análisis un despliegue de manifestaciones territoriales que ponen en tensión las lógicas de acumulación capitalistas.
Los autores entienden acerca del urbanismo que es preciso activar mecanismos de recuperación de plusvalía que eliminen las viviendas ociosas, pensando en vías para tratar el déficit habitacional estructural. Con ello, traen una interesante idea de un urbanismo feminista, en una composición de ciudad que no se construya para la productividad del capital sino para la reproducción de la vida, contra el extractivismo urbano. Se destaca el posicionamiento de las mujeres como protagonistas de dicha planificación, aunque, como debilidad de la obra, sería ideal indagar sobre qué alternativas se presentan como opciones para pensar la problemática de un modo más integral.
También en relación a la categoría citadina, su expansión descontrolada, según conciben, tiene una característica depredatoria, por lo que creen necesario cambiar ese modelo por uno que se adapte al cambio climático, pensando en vías de “enfriamiento de ciudades” y la medición por indicadores sustentables (ni asfalto, ni ladrillo o cemento). La propuesta incide, con pertinencia, sobre la necesidad de espacios en el ámbito urbano de creación y cuidado vecinal, de inclusión de bosques urbanos y de transformación de espacios públicos, que promuevan la reproducción de la naturaleza a nivel local, en integración con las necesidades urbanas de la población. Frente a las preocupantes distorsiones al medio ambiente sobre las que arremete el mercado inmobiliario, en un ejemplo más de las propias lógicas de acumulación que siguen imperando actualmente.
La obra de Svampa y Viale representa el estado actual de la situación agroecológica y la emergencia climática a nivel mundial. Asimismo, describe las evidencias de alteración preocupante de las condiciones del medio ambiente y sus necesarias vinculaciones con el modelo de desarrollo de acumulación dominante.
A través de relatos sobre numerosas manifestaciones sociales, los autores destacan fundamentalmente la participación de la juventud, que objeta las prácticas corporativas en explotaciones de recursos naturales y movimientos despojados de derechos humanos esenciales, vinculados particularmente al trabajo y la conexión cultural con la tierra. Describen una realidad crítica donde la sociedad muestra una postura expectante acerca de la problemática e invita a pensar alternativas de transformación que pongan un límite a la dinámica capitalista, que parece no tener freno.
En relación a lo que los autores señalan sobre el efecto de la reciente pandemia, es posible pensar, desde los indicios y categorías analizadas, las posibilidades y limitaciones de un propósito de justicia distributiva en materia ambiental.
Colectivo Voces de Alerta (2011). 15 mitos y realidades sobre la minería transnacional en Argentina. Buenos Aires: El Colectivo-Herramienta.
Crutzen, P. J. (2006). The “Anthropocene”, en E. Ehlers y Th. Krafft (comps.). Earth System Science in the Anthropocene (pp. 13-18). Berlín, Heidelberg: Springer.
FAO (2016). Evaluación de los recursos forestales mundiales 2015. ¿Cómo están cambiando los bosques del mundo, 2a ed., Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Roma, disponible en https://www.fao.org/3/i4793s/i4793s.pdf
Fraser, N. (2014). Tras la morada oculta de Marx, New Left Review, 86, 57-76.
La Vía Campesina (2003). ¿Qué significa la soberanía alimentaria? En Portal La Vía Campesina. Recuperado de (20 de junio de 2023): https://www.viacampesina.org/es/quignifica-soberanalimentaria
Moore, J. W. (2013). El auge de la ecología-mundo capitalista (II). Las fronteras mercantiles en el auge y decadencia de la apropiación máxima en Filosofía, Política y Economía en el Laberinto 39, pp. 21-30.
Rodríguez Rey, V. (2020). En cada municipio debe haber un tambo, un matadero y una granja para pollos y huevos. Entrevista a Miryam Gorban, una nutricionista que lucha por el acceso a la producción de alimentos sanos por y para toda la población, en Portal Río Negro (3 de junio). Recuperado de: https://www.rionegro.com.ar.
Svampa, M., & Viale, E. (2020). El colapso ecológico ya llegó: Una brújula para salir del (mal) desarrollo. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.